Ves una estética que se repite: dumps intervenidos, carruseles que imitan carpetas de escritorio, personajes creados por IA en mundos imposibles. Todo parece nuevo, pero también familiar.
Por Esteña Press
Ver más allá del trend
Scrolleás. Guardás. Capturás.
Ves una estética que se repite: dumps intervenidos, carruseles que imitan carpetas de escritorio, personajes creados por IA en mundos imposibles. Todo parece nuevo, pero también familiar.
Y ahí está la clave.
En una industria que parece girar al ritmo del último efecto de CapCut, el verdadero diferencial no está en identificar qué tendencia está de moda, sino por qué lo está. Qué miedo la originó, qué hábito la alimenta, qué necesidad emocional está intentando satisfacer.
Porque las tendencias, por más fugaces o visuales que sean, no son accidentales. Reflejan algo más profundo: la forma en la que estamos consumiendo, sintiendo, resistiendo. Son respuestas culturales y colectivas. Son ventanas a las conversaciones que aún no nos animamos a tener en voz alta.
Cuando una marca edita su reel con subtítulos escritos a mano, no es solo una decisión estética: es una declaración de principios. Busca cercanía en un mundo filtrado, conexión en lo imperfecto. Cuando otra presenta su campaña como si fuera una carpeta de Mac OS, quizá está hablando de una necesidad de orden en medio del caos digital. Y cuando vemos scraps, stop motion, cultura de archivo o personajes creados con IA, no estamos viendo solo “tendencias visuales”: estamos viendo una forma de resistencia. Una forma de decir “la IA no nos reemplaza, la usamos nosotros”. De volver a lo manual para reafirmar lo auténtico. De recordarnos que, incluso en un entorno ultra-automatizado, lo humano sigue siendo lo que más conecta.
Entonces, como creativos, planners, diseñadoras o community managers, nuestro trabajo no es solo seguir trends. Es interpretarlos. Leerlos como señales. Conectar los puntos entre industrias, plataformas y públicos. Preguntarnos por qué esto se volvió viral ahora y no antes. Qué está diciendo la audiencia sin decirlo. Qué está buscando.
Porque cuando entendés la raíz emocional de una tendencia, podés anticiparte. Crear desde el insight, no desde la copia. Y ahí es cuando dejás de competir por atención y empezás a construir conexión.
En Alegra no seguimos tendencias. Las observamos, las leemos y las reconstruimos. Porque entendemos que la comunicación que conecta de verdad no se genera en scroll automático, sino en esa pausa donde alguien se siente visto.