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Uruguay tiene una oportunidad única para atraer inversión e impulsar ideas con impacto

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Abogado, empresario y apasionado por los proyectos con propósito, Federico Fischer combina lo mejor del mundo jurídico con una mirada fresca sobre el desarrollo económico y urbano.

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FEDERICO FISCHER

entrevista empresarial

«Uruguay tiene una oportunidad única para atraer inversión e impulsar ideas con impacto»

 

Abogado, empresario y apasionado por los proyectos con propósito, Federico Fischer combina lo mejor del mundo jurídico con una mirada fresca sobre el desarrollo económico y urbano. Desde su trabajo liderando Andersen en Uruguay hasta iniciativas innovadoras como El Nido, apuesta por un país que se proyecte al futuro. En esta charla con Esteña Press, nos cuenta su visión sobre los nuevos caminos del derecho, los desafíos que vienen y por qué Punta del Este puede convertirse en mucho más que un destino turístico.

1. Federico, tenés una trayectoria muy marcada por lo empresarial y lo legal. ¿Cómo cambió tu forma de ver el rol del abogado en estos tiempos?

Confieso que decidí ser abogado no por una vocación jurídica, sino que lo vi como una herramienta para entrar en el mundo de los negocios, para un día intentar ser artífice y facilitador de emprendimientos. Creo que la gran clave de un abogado de negocios es poder convertirse en un asesor estratégico de sus clientes, aquello que los americanos llaman un «trusted business advisor». Por eso, en la firma intentamos inculcarle a los más jóvenes esa responsabilidad de saber pensar como empresarios, de tener siempre presente una visión estratégica, una planificación, el entender la importancia de la calidad de un producto o servicio, y la constancia y creatividad necesarias para la venta.

2. Estás muy involucrado en el asesoramiento a inversores que llegan del exterior. ¿Qué es lo que más los atrae hoy de Uruguay? ¿Qué tenemos que cuidar o potenciar?

A esta altura puede parecer un lugar común ya –afortunadamente– pero la estabilidad jurídica y económica son el gran imán que tenemos. Y tenemos que permanecer conscientes de la necesidad de que eso se mantenga como algo sagrado. Por supuesto que eso no basta, y tenemos que además ser creativos y ofrecerle cosas atractivas al mundo constantemente. Uruguay ha sabido hacerlo en varias ocasiones, con la ley de zonas francas, la ley forestal, el régimen de residencia fiscal, y la normativa de exoneraciones impositivas a las inversiones. Creo que no hay que contentarse con lo hecho y siempre buscar nuevas iniciativas, porque competimos en un mundo que lo hace constantemente. Por ejemplo: Dubai creó hace unos años un concepto nuevo de «centro financiero internacional», una especie de zona franca «reloaded», con mayor autonomía, capacidad residencial y un buen grado de autoregulación. Es un modelo exitoso que varios países ya están copiando.

3. Participás en proyectos como El Nido, que combinan entretenimiento, tecnología y urbanismo. ¿Cómo ves esa mezcla entre inversión, ciudad y calidad de vida en lugares como Punta del Este?


Punta del Este ya es uno de los mejores lugares del mundo para vivir, y tiene el potencial de mejorar eso aún más a medida que se va generando más contenido, y especialmente, contenido disfrutable todo el año. Con El Nido estamos creando algo soñado: un barrio residencial con una playa inserta en el medio de un bosque. Una gran laguna de agua cristalina, con una playa de arena blanca, rodeada de todo tipo de amenities: un spa, gimnasio, restaurantes, salas para eventos y canchas de todo tipo. Y como frutilla de la torta, una maquinaria que produce hasta mil olas perfectas por hora, de todo tipo y tamaño. Es la culminación de un largo camino recorrido junto a Wavegarden, una empresa vasca muy innovadora y visionaria. Poder vivir en un lugar así, y además frente al mar, tiene un atractivo muy especial. Y es posible por esta creciente demanda –no solo regional, sino también desde lugares más remotos– para vivir todo o gran parte del año en Punta del Este.

Se vienen dos zonas francas en Punta del Este, algo que genera muchas expectativas. ¿Qué impacto creés que puede tener eso en la ciudad y en su desarrollo económico?

Cuando llegaban los primeros empresarios del exterior a vivir a Uruguay en esa gran ola que se inició en el 2020, muchas veces escuchaba la frase «no hay oficinas para alquilar en Punta del Este». Así que se fue generando una necesidad para ese producto de oficinas. El hecho de que en breve esté esa oferta de oficinas de calidad, con buenos servicios y con estatus de zona franca, va a atraer a empresas y empresarios de forma creciente. Y no solo en servicios, sino en el rubro audiovisual incluso. Eso va a generar un impacto muy positivo, con demanda de vivienda para todo el año, de entretenimiento (la mayoría de quienes trabajan en zonas francas son jóvenes), de gastronomía, y de mayor consumo en general. Si se logran atraer empresas de calidad, como anclas, otras las van a seguir. Las tres principales zonas francas de servicios, Aguada Park, World Trade Center y Zonamerica, han crecido constantemente desde que arrancaron. En Punta del Este creo que habrá un desafío inicial de atraer suficiente gente para trabajar en estas zonas francas, pero a medida que se vayan instalando empresas eso va a ir atrayendo más gente. Creo que quizás habría que explorar incentivos que se puedan dar a los jóvenes para que migren de otras ciudades a Punta del Este.

Muchos jóvenes hoy quieren mezclar derecho con negocios, emprender o pensar globalmente. ¿Qué les recomendarías a quienes recién están arrancando?


Siempre aconsejo complementar la carrera con estudios de negocios; y si es posible vivir y trabajar algún tiempo en Estados Unidos, en cualquier rubro. Los americanos tienen desarrollado un sentido único de la practicidad, y poder exponerse a eso es una gran ventaja. Tuve la suerte de hacer un MBA en Estados Unidos, y de vivir allí 12 años; dos cosas que agradezco porque me han sido de gran utilidad.

¿Tenés algún proyecto nuevo o idea que te tenga especialmente entusiasmado? ¿Qué se viene en tu agenda profesional o empresarial?

Primero, terminar de construir y vender El Nido. Ya hemos vendido la mitad de los 400 lotes, y la piscina con olas está en construcción, prevista para inaugurarse dentro de un año. Al lado de El Nido tenemos 150 hectáreas más para desarrollar, así que a mediano plazo crearemos otro tipo de barrio allí, probablemente con un campo de golf. Si uno ve que, además, a pocos metros, se ha anunciado un club de polo de nivel mundial, se está consolidando una nueva zona de Punta del Este con una oferta única. Y con el otro gorro, el de abogado, también tocan desafíos innovadores. Desde el Global Board de Andersen participo de la ejecución de la expansión de la firma a nivel global (hoy estamos en más de 190 países, con servicios legales y tributario-contables); y ahora nos embarcamos en el relanzamiento a nivel global de Andersen Consulting, un lindo desafío para recrear la icónica firma de consultoría empresarial.

Punta del Este está cambiando mucho, se habla de un futuro más allá del turismo. ¿Cómo te imaginás la ciudad dentro de unos años?

Recuerdo que, en el 2019, un proyecto del BID nos convocó a una veintena de empresarios a pensar en un Punta del Este para todo el año. Y se nos preguntaba qué se necesitaba. Las respuestas tocaron todos los ítems del menú: entretenimiento, hospitales, universidades, empresas que se radicaran. Pero, ¿existía la demanda? Y de golpe vino la pandemia. Y la forma en que Uruguay la manejó, más el programa de residencia fiscal, generaron la llegada de una masa crítica que creó la demanda para todo eso de forma abrupta. Y a la vez, se generó un envión para que el caudal de gente siguiera creciendo de forma sostenida. Gente emprendedora, inquieta, principalmente de Argentina, y también de Brasil y de otros lugares. Por eso hoy vemos mejores servicios de salud, más colegios, edificios de oficinas, las dos zonas francas en construcción, o proyectos disruptivos como la piscina de olas (en El Nido). Creo que en unos pocos años tendremos universidades de la región abriendo algún campus, una consolidación de Punta del Este como un lugar para trabajar hacia el mundo, y una masa crítica de población estable que justifique un circuito de entretenimiento con buena oferta todo el año.

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