Cuando hablamos de respiración, lo primero que pensamos es en el aire entrando y saliendo de los pulmones. Pero pocas veces se habla del verdadero protagonista de este proceso: el diafragma.
Por Nicolas Laprida
Respirar bien para moverse mejor
Cuando hablamos de respiración, lo primero que pensamos es en el aire entrando y saliendo de los pulmones. Pero pocas veces se habla del verdadero protagonista de este proceso: el diafragma. Este músculo, con forma de cúpula, se encuentra justo debajo de los pulmones y se encarga de que podamos respirar de forma eficiente. Sin embargo, su función va mucho más allá de eso.
Cada vez que inhalamos profundamente usando el diafragma -lo que se conoce como respiración diafragmática-, este músculo desciende hacia el abdomen. Al hacerlo, no solo permite que los pulmones se expandan, sino que también genera un aumento de presión dentro del abdomen, lo que se llama presión intraabdominal. Esta presión, en coordinación con la musculatura del abdomen y el suelo pélvico, actúa como una especie de “faja interna” que estabiliza nuestra columna y pelvis desde adentro.
¿Y por qué es esto importante? Porque esta estabilidad es la base de todo movimiento. Desde que somos bebés, nuestra respiración y el control de esta presión interna nos ayudan a desarrollar nuestras primeras habilidades motoras: girar, gatear, pararnos, caminar. Sin una buena función del diafragma y de esta “faja interna”, nos cuesta controlar el cuerpo, mantener el equilibrio y movernos con eficiencia y sin dolor.
En la vida adulta, muchas veces respiramos de forma superficial, con el pecho, y perdemos esa conexión con la respiración profunda. Esto no solo afecta cómo oxigenamos el cuerpo, sino también cómo nos movemos, cómo nos sentimos y hasta cómo nos recuperamos del estrés.
Por eso, entrenar la respiración diafragmática no es solo para deportistas o personas con problemas de espalda. Es una herramienta sencilla pero poderosa para mejorar nuestra postura, nuestra energía diaria y nuestra capacidad de movernos mejor y con menos esfuerzo.
Respirar bien no es solo vivir. También es moverse mejor, estar más presentes y cuidar la base de nuestra salud.
Si querés aprender a dominar esta función tan simple y tan fundamental para el movimiento podemos ayudarte.