Gustavo Mochón es más que un empresario exitoso: es el guardián de una visión familiar que nació entre los bosques de Punta Ballena hace casi cinco décadas.
Por Esteña Press
LA VISIÓN DE GUSTAVO MOCHÓN Y EL LEGADO DE SOLANAS
Por Laura Garganta
Gustavo Mochón es más que un empresario exitoso: es el guardián de una visión familiar que nació entre los bosques de Punta Ballena hace casi cinco décadas. Al frente del Grupo Solanas, junto a su hermano Daniel, lidera una empresa que no sólo redefine la hospitalidad y el desarrollo inmobiliario en Uruguay, sino que también apuesta al bienestar y al crecimiento de la comunidad. Con un enfoque que equilibra el pragmatismo y la pasión, Mochón reflexiona sobre sus raíces, los desafíos superados y las promesas que esta nueva temporada alta trae consigo.
Un sueño que comenzó como refugio familiar
La historia de Gustavo y su familia está marcada por el exilio y la resiliencia. «Mi padre era abogado en Argentina, y durante la dictadura militar tuvo que abandonar su profesión porque los militares lo perseguían. Nos exiliamos en Uruguay, pero antes de eso ya pasábamos las vacaciones acá, en Punta Ballena. Así fue que, en 1976, a mi padre le ofrecieron una tierra llena de bosques a la que nadie le veía potencial y decidió comprarla de cualquier manera. Nunca imaginó que esa decisión cambiaría nuestras vidas», relata Gustavo.
Con la compra de esa tierra inhóspita comenzó el desarrollo de lo que hoy es Solanas. En sus inicios el proyecto era un modesto country con mil lotes y una infraestructura básica.
«Mi padre tenía una pasión y un sueño enorme. Hacía canjes con los lotes para construir caminos, instalar electricidad… Todo fue hecho a pulmón», recuerda.
Gustavo y su hermano se unieron al negocio familiar en los años 90, cuando Solanas era aún un pequeño complejo con apenas siete cabañas; luego irían transformándolo, en familia, en el enorme grupo que conocemos hoy en día.
El legado y la expansión del grupo Solanas
Hoy Solanas no solo es un ícono en Punta del Este, sino también un grupo empresarial con presencia en varios destinos estratégicos de América del Sur. Entre sus desarrollos se encuentran complejos en Bombinhas, Brasil y Termas del Daymán, en Salto, Uruguay, así como un edificio en Mar del Plata y la cadena hotelera Design Suites, con hoteles en Buenos Aires, Bariloche, El Calafate, Salta y Ushuaia. La oferta del Grupo es amplia y variada. En Punta del Este, destaca el Green Park Private Club. Otro ejemplo innovador es Crystal View, un proyecto que incluye una laguna artificial de tecnología Crystal Lagoons® y bloques residenciales de diseño sostenible. También sobresale Design Village, un complejo que forma parte de una de las más importantes reservas forestales del Departamento de Maldonado: un paraíso natural de 140 hectáreas, enmarcado por la playa de Portezuelo, la reserva Arboretum Lussich y la cancha de golf del Club del Lago. Por su parte, Gardens View son unidades que cuentan con terraza, jardines privados, cochera con pérgola y parques con diseño paisajístico, que combinan residencias modernas con amplios espacios verdes y una infraestructura premium. En términos hoteleros, el Grupo Solanas maneja la cadena Design Suites, reconocida por su estilo moderno y colorido en destinos como Buenos Aires, Bariloche y El Calafate. Además, con Solanas Tour & Travel, la empresa ofrece servicios de agencia de viajes personalizados para sus clientes.
Otro orgullo del grupo es el Solanas Convention Center, un espacio con capacidad para 800 personas y alojamiento para más de 1.000 huéspedes. Este centro, equipado con tecnología de última generación, es ideal para eventos sociales y corporativos. El salón está ubicado junto a Solanas Crystal Beach, la única laguna de aguas cristalinas de Uruguay. Esta cuenta con una superficie de tres hectáreas y se destaca por ser sustentable y amigable con el medioambiente al permitir un uso racional de recursos escasos como son la energía y el agua, posee aguas turquesas y playas de arenas claras rodeadas de palmeras, y brinda las condiciones ideales para la natación y la práctica de deportes náuticos sin motor. Cuenta con un clubhouse, muelles, paradores, vestuarios, un paseo peatonal, juegos infantiles y actividades para todas las edades.
La visión de Gustavo Mochón
«Todo lo que hacemos es con capital propio. No pedimos préstamos ni buscamos inversores. Nuestro foco está en el consumidor final, a través de la venta de unidades a quienes las usufructúan o alquilan. Incluso en situaciones complicadas, mantenemos una política de fidelización: si alguien no puede seguir pagando, rescindimos el contrato y dejamos el dinero a su favor para futuras compras o estadías. Al final, les estamos vendiendo alegría, y eso nunca debería convertirse en un dolor de cabeza», explica Gustavo.
Además, el crecimiento de la población permanente en Punta del Este ha sido un motor clave para la expansión de Solanas. «A partir de la pandemia muchos uruguayos y extranjeros redescubrieron este lugar como un destino con calidad de vida. Hoy vemos más colegios, más servicios, y un flujo constante de turistas durante todo el año».
Una temporada prometedora
De cara a la temporada 24/25, las expectativas son inmejorables. Gustavo destaca varios factores que auguran un éxito rotundo:
«La situación del dólar en Argentina (que finalmente se ha estacionado) y el aumento de costos operativos allá hacen que Punta del Este sea más competitiva. A eso se suma la devaluación del peso uruguayo, que hace que en dólares seamos más económicos. Estamos hablando del mejor lugar del mundo: seguridad, playas, belleza natural, servicios de alto nivel… Todo esto atrae tanto a argentinos como a brasileños y europeos».
Sin embargo, Gustavo no solo piensa en el turismo estacional: para él, Punta del Este ya es una ciudad que funciona todo el año.
«Los colegios están llenos, hay cada vez más autos y tráfico en las calles. Es una ciudad en pleno crecimiento, y ese es el futuro al que apuntamos», asegura.
Mirando hacia el futuro: nuevos proyectos y compromiso social
El espíritu visionario de la familia Mochón se mantiene vivo con los proyectos que Solanas tiene en carpeta. Uno de los más ambiciosos es la creación de un colegio privado, previsto para abrir en 2027, que ofrecerá jardín de infantes y educación primaria, con planes de expandirse a secundaria.
«Es un proyecto que responde a la creciente demanda de familias que eligen Punta del Este para vivir todo el año», explica.
Además, Solanas planea la construcción de un supermercado en la zona de Punta Ballena, con más de 2.000 metros cuadrados de extensión.
«Estamos cerrando negociaciones con varias cadenas, pero aún no hemos decidido con cuál nos quedaremos. Este será un gran aporte para la comunidad y para los turistas», añade.
Pero el compromiso de Solanas no se limita al desarrollo inmobiliario. Este año formalizaron la Fundación Grupo Solanas, una iniciativa dedicada a ayudar a los sectores más vulnerables.
«Hace años que realizamos acciones solidarias, pero ahora lo hacemos de manera organizada. Queremos devolverle a la sociedad un poco de lo que nos dio y marcar una diferencia en barrios de bajos recursos», comenta Gustavo.
Pasión y propósito
Desde hace décadas, la familia Mochón se dedica a desarrollar proyectos que transforman el turismo en experiencias inolvidables. Gustavo lleva esta pasión en la sangre; hoy lidera un ambicioso plan de crecimiento para posicionar a Punta del Este como destino de excelencia en Sudamérica y comparte con Esteña Press cómo su historia personal se entrelaza con los valores de la empresa familiar:
«Hemos trabajado los tres, con mi papá y mi hermano, siempre en armonía. Tomamos las decisiones en forma conjunta y absorbimos ese amor, ese cariño y esa pasión que nuestro padre tenía por este desarrollo. El vínculo con Uruguay no solo es profesional, sino también emocional. Tenemos un sentido de gratificación muy grande con la sociedad y con el pueblo uruguayo, que siempre nos ha recibido con los brazos abiertos. Siempre hemos trabajado de forma tranquila, con las reglas del juego claras, sea el gobierno que sea, y eso me convenció de venir a vivir acá, a Punta del Este, hace tres años. Es un tema de calidad de vida».
Para Gustavo, el motor de su vida y su trabajo es la satisfacción que siente al ver a sus clientes disfrutar de lo que han construido. «Levantarse cada mañana con sueños y desafíos nuevos es lo que le da sentido a todo. Saber que estamos generando empleo, invirtiendo y manteniendo un nivel de calidad alto es gratificante, pero lo que más llena es la alegría de la gente. Es un regocijo enorme», concluye.
Con un legado construido sobre la base de la resiliencia y una visión que trasciende lo empresarial, Gustavo Mochón y su hermano lideran Solanas hacia un futuro brillante, reafirmando su compromiso con Punta del Este y su comunidad.