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Kéfir vs. Yogur

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La microbiota intestinal ha emergido como un actor clave en la salud humana, y con ella, los alimentos fermentados ganan protagonismo en nutrición preventiva y terapéutica.

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Kéfir vs. Yogur:

El duelo probiótico que está revolucionando tu intestino

La microbiota intestinal ha emergido como un actor clave en la salud humana, y con ella, los alimentos fermentados ganan protagonismo en nutrición preventiva y terapéutica. Kéfir y yogur, aunque similares en su origen lácteo, presentan diferencias sustanciales en composición microbiana y efecto clínico.

Ambos productos son vehículos de probióticos, microorganismos vivos que, en cantidades adecuadas, confieren beneficios al huésped. El kéfir —resultado de la fermentación de la leche mediante gránulos simbióticos de bacterias y levaduras— aporta hasta 50 cepas funcionalmente diversas, frente a las 2-6 de un yogur estándar. Esta mayor biodiversidad se traduce en acciones antiinflamatorias, antioxidantes, hipocolesterolémicas y moduladoras de la glucemia, demostradas sobre todo en modelos preclínicos.

Desde la perspectiva metabólica, pequeños ensayos en humanos indican que 250 mL/día de kéfir reducen HbA1c y glucosa basal en diabetes tipo 2, posiblemente gracias a su bajo índice glucémico y a la mejora de la permeabilidad intestinal. El yogur, por su parte, exhibe evidencia epidemiológica robusta: disminuye la incidencia de cáncer colorrectal, hipertensión y obesidad, y aporta calcio, potasio y proteínas de alta biodisponibilidad. Además, su menor carga de lactosa lo hace tolerable para la mayoría de los intolerantes.

Un metaanálisis en nutrientes mostró que doscientos mililitros diarios de kéfir incrementan la producción de butirato, ácido graso de cadena corta esencial para la integridad de la mucosa intestinal y la regulación inmunitaria, en solo ocho semanas.

Tip Esteno: Introduci ambos alimentos de forma gradual, prioriza versiones sin azúcares añadidos y adaptalos al objetivo terapéutico específico. Mientras la ciencia profundiza en el eje microbioma-salud, kéfir y yogur se consolidan como herramientas accesibles dentro de la nutrición funcional y basada en evidencia.



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