Con la llegada de diciembre, las grandes ciudades desembarcan en el balneario, trayendo consigo la prisa y el ruido de la vida urbana. Pero, mientras los visitantes llegan con apuro y tecnología, el balneario los recibe con calma, sabiendo que, al final, la victoria será para el más paciente: el lugar se apodera de sus corazones, enseñándoles a disfrutar de la lentitud.
Los conquistadores del ocio
Los conquistadores del ocio. La columna de Raúl Cohe Llega diciembre y con él, mucha gente. Los habitantes de las grandes ciudades llegan al balneario como un ejército que desembarca…