El mercado se cansó y le pasó factura a Trump, que solo se dedicó a hablar de las tarifas y no de cómo va a reducir el déficit fiscal.
Por Oráculo Del Este
SE ACABÓ LA PACIENCIA
En la nota del mes anterior les contaba que no pasaba nada en los mercados y eso era muy peligroso. Y así fue, el mercado se cansó y le pasó factura a Trump, que solo se dedicó a hablar de las tarifas y no de cómo va a reducir el déficit fiscal (de hecho, al momento de escribir esta columna el déficit aumentó un 4%). Tan a fondo fue con el tema de tarifas que se comenzó a ganar enemigos donde siempre tuvo aliados (Canadá, Europa, etc.).
El Nasdaq, el mercado de referencia que siempre seguimos, se anotó una racha de 14 días consecutivos de caída al bajar un 13,7%. Mucho del movimiento bajista estuvo explicado por la caída de las Magníficas 7, algunas superando el umbral del 20% de caída, y se podría decir desde lo técnico que entraron en Bear Market, como es el caso de TESLA (cayó un bestial 55% desde máximos, a fines de diciembre `24).
Sabíamos que la caída podía venir. Si alguno se encuentra con la edición de diciembre 2024 de Esteña Press se van a reencontrar con una nota que hablaba del ajuste que tenía que encarar Trump, y lo complejo que se veía su mandato. La realidad es que el ajuste aún no comenzó con todas las letras. Sí, se está comenzando a limpiar gente de las entidades estatales, y se están achicando algunos gastos, pero todavía no tenemos información de un ajuste severo. Parecería ser que el ajuste que Trump quiere hacer viene por el lado del mercado.
El tema es así: el 95% de la población en Estados Unidos invierte en bolsa, por lo que los movimientos de los mercados son muy importantes para explicar el futuro de la economía. Si el mercado sube, los inversores (el 95% de la población) tienen un efecto riqueza positivo porque sus ahorros son más grandes, lo que los incentiva a consumir, invertir, tomar deuda, etc. En general, de cada diez años, siete son alcistas, por lo que el efecto riqueza suele ser positivo. Ahora, cuando el mercado cae, el efecto riqueza es negativo y el efecto es el contrario. Los inversores –la población– consumen menos, retrasan planes de inversión, y el resultado de esto es que la economía se achica. Y aunque no lo crean, esto es un efecto buscado y esperado por el secretario del Tesoro Bessent, porque al «enfriar» la economía se reducen las tasas de interés y se hace más barato financiar el monstruoso déficit fiscal que tiene Estados Unidos. Básicamente, con este proceso lo que hacen es ganar tiempo, ya que al bajar las tasas se ahorran unos buenos mangos.
En lo que respecta al mercado, ahora hay dos caminos:
1. Que el mercado «entienda» que esto solo fue una toma de ganancias y se decida a volver a máximos históricos.
2. Que el mercado recupere algunas posiciones, pero que esto sea el famoso «rebote de gato muerto», y que la suba solo la utilicen gran parte de los jugadores para volver a apostar a la baja.
Lo que está claro es que entender en cuál escenario estamos no es cosa de uno o dos meses. Seguramente este misterio lo estaremos develando como mínimo durante los próximos seis meses. La caída fue relativamente fuerte para el tiempo en el que se desató, lo que hace muy probable que el próximo movimiento fuerte sea en el futuro, y no en el corto plazo. El mercado tiene que digerir este movimiento, mientras siguen llegando datos macro. Los balances de las Magníficas 7 los empezaremos a tener a fines de abril, así que es probable que el próximo movimiento fuerte lo tengamos en mayo o junio. De lo que seguramente no nos vamos a olvidar es de la volatilidad, que llegó para quedarse.
Argentina vuelve al FMI con un acuerdo robusto
Como saben, en general siempre hablamos de Estados Unidos y del impacto que puedan tener en el resto de los mercados. Pero Argentina se merece un apartado para explicar lo que está pasando. Argentina estaría cerrando en la primera quincena de abril un nuevo acuerdo con el FMI, que según reuniones informales del propio organismo ascendería a, por lo menos, 20.000 millones de dólares. Las reservas brutas del país, en USD 27.000 millones, sumadas a esta capitalización, darían igual que los USD 47.000 millones de base monetaria ampliada; es decir que Argentina, con un acuerdo de este monto, prácticamente podría terminar de dolarizar su economía.
Es probable que no suceda esta dolarización en el día uno de cerrado el acuerdo, pero sí es probable que se vengan buenas noticias para el país vecino, arrancando por:
1. eliminar el cepo, 2. que el MSCI vuelva a recategorizar su clasificación a Mercado Emergente (hoy es Mercado de Frontera), 3. que le suban la calificación por lo menos a BB (y el riesgo país reducirse en al menos 300 o 400 puntos básicos generando una buena ganancia en los bonos). Así, 4. va a llegar Milei a las elecciones con una macro ordenada, inflación bajando, tasa de interés baja y la economía creciendo al 5% anual, por lo que es probable que tenga un buen desempeño electoral. De ser así, 5. encarará en el 2026 una reforma fiscal, laboral y previsional, que reducirá los costos de toda la economía para intentar hacerla más competitiva. Si en este escenario se cierra un 6. Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, el futuro de Argentina luce, por primera vez en muchísimos años, muy próspero. Para terminar su mandato con un legado y aparecer para siempre en los libros de historia, Milei podría intentar 7. pasar de una dolarización de hecho a una por ley, que no la pueda destruir ningún político que venga y de esta forma salvar al sector privado para siempre. Falta mucho, y esto es solo una hoja de ruta, pero ojo porque si estos puntos se van convalidando los activos argentinos pueden multiplicar muchas veces su valor en dólares en los próximos años. Si bien muchos pueden pensar que esta hoja de ruta es demasiado optimista, creo que es muy posible. Será cuestión de buscar este artículo en el 2028 y ver cómo resultaron las cosas.
No se olviden de escribirme a oraculodeleste@gmail.com con preguntas y comentarios. En general, gran parte de la nota está hecha en base a sus consultas. Hasta la próxima.
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