Podemos decir que la moda este año está inevitablemente atravesada por el contexto global: incertidumbre política, crisis económicas, polarización… El mundo anda convulsionado, y eso se refleja en cómo nos vestimos.
Por Soledad Ordeix
El estilo propio como tendencia
Primavera-Verano 2025
Y si hablamos de tendencias para esta primavera-verano 2025, podemos decir que la moda este año está inevitablemente atravesada por el contexto global: incertidumbre política, crisis económicas, polarización… El mundo anda convulsionado, y eso se refleja en cómo nos vestimos. Por eso, muchos coinciden en que las tendencias no están tan definidas como en otras temporadas. En su lugar, vemos una preferencia por lo seguro: prendas que duren, que no se sientan descartables a la semana. El consumo se inclina hacia piezas atemporales, más que hacia microtendencias que desaparecen en un suspiro.
Al mismo tiempo, hay ciertas inclinaciones y preferencias de estilos y tonos que se dejaron ver en el verano del hemisferio norte y que, de una forma u otra, llegarán a nuestra próxima temporada: flecos, lunares, chancletas, colores pastel, entre otros. Sin embargo, el escenario es otro: vivimos saturados de información, con redes sociales que nos muestran microtendencias que nacen y mueren en cuestión de horas.Esa sobreexposición hace que nada termine de instalarse del todo. Podríamos decir que ya no existe “el look definitivo” que te deja afuera si no lo tenés. Ahora hay espacio para la pluralidad, para probar, innovar y crear combinaciones propias.
También hay un revival fuerte. La generación Z ha sido gran impulsora de rescatar estéticas de los 90 y 2000: el tiro bajo, el strapless y otros elementos vuelven, aunque reinterpretados desde una mirada actual. Es un efecto nostalgia que reimagina lo conocido con un aire nuevo.
En las semanas de la moda primavera-verano se destacaron el romanticismo, la opulencia, el color y hasta el maximalismo. Una respuesta clara contra el minimalismo y el concepto de aesthetic, que le devuelve protagonismo a la personalidad. Cada look busca tener su propia voz, reflejando este momento en el que la autenticidad es lo más buscado.
¿Y qué pasa con las marcas? Para ellas, no es sencillo vender sin una tendencia unificadora. Pero también es una oportunidad enorme: ya no se trata de perseguir “el trend del momento”, sino de mostrar identidad. Y para nosotros, como consumidores, la invitación es clara: comprar menos por impulso y más con intención. Elegir piezas que cuenten algo sobre nosotros y que trasciendan el algoritmo.
En definitiva, esta primavera-verano 2025 no nos dice “esto es lo que se usa”, sino “elegí lo que te identifica”. Y ahí está lo lindo: menos reglas, más autenticidad.