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Prepararse para viajar también es cuidar la salud

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Cualquiera sea el destino, el viaje suele implicar un cambio importante en nuestros hábitos de movimiento, sobre todo en la cantidad de horas que pasamos caminando o practicando el deporte que amamos.

Surf Celeste por el Mundo
Con los pies en la arena
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Me especializo en el entrenamiento y la preparación física consciente. Lee mis notas e incorpora conocimientos básicos de anatomía y biomecánica y aprenden la importancia del movimiento, la respiración, la movilidad, la estabilidad, la fuerza y el acondicionamiento general.
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Prepararse para viajar también es cuidar la salud

En Punta del Este tenemos una costumbre cada vez más marcada: cuando llega el invierno y los días fríos, muchos eligen viajar. Algunos lo hacen para practicar deportes como surf o golf en climas más amables, otros aprovechan para disfrutar del verano europeo y visitar hijos o amigos. Cualquiera sea el destino, el viaje suele implicar un cambio importante en nuestros hábitos de movimiento, sobre todo en la cantidad de horas que pasamos caminando o practicando el deporte que amamos.

En Europa, por ejemplo, es habitual recorrer ciudades a pie: museos, calles, parques, mercados. Sin darnos cuenta, pasamos de caminar unas pocas cuadras en nuestra rutina habitual, a sumar 10, 15 o hasta 20 kilómetros diarios. Ese aumento abrupto de carga, de un día para el otro, representa un gran desafío para nuestro cuerpo, especialmente después de los 55 o 60 años. O también cuando tenemos alguna parte del cuerpo más vulnerable a la carga (rodillas con artrosis, espaldas con lumbalgias, etc.) o saliendo de una lesión.

Las articulaciones, los músculos y los tendones necesitan tiempo para adaptarse. Si además existen condiciones previas como artrosis, lesiones antiguas en rodillas, caderas o pies, el riesgo de dolor y sobrecarga es aún mayor. No es raro que muchas personas regresen de su viaje con molestias que opacan la experiencia vivida: rodillas inflamadas, dolor en la planta del pie, rigidez en la cadera, dolor de espalda.

Lo que pocas veces se considera es que estas situaciones pueden prevenirse. Así como organizamos pasajes, alojamiento y excursiones, también deberíamos preparar nuestro cuerpo para el viaje. La clave está en la progresión: aumentar de manera gradual la cantidad de pasos, fortalecer la musculatura que sostiene nuestras articulaciones y trabajar la movilidad. De esa forma, cuando llegue el momento de caminar kilómetros diarios, el cuerpo estará listo y podrá disfrutar sin consecuencias.

En nuestro Centro de Entrenamiento y Rehabilitación acompañamos a muchas personas con este objetivo: preparar su físico para que puedan viajar, caminar, jugar golf, surfear o simplemente recorrer una ciudad sin temor al dolor ni a la lesión. Anticiparse es siempre mejor que rehabilitarse después.

Porque viajar es uno de los mayores placeres de la vida. Y prepararse con tiempo es la mejor manera de asegurarnos que, al volver, los recuerdos sean de paisajes y momentos compartidos, y no de dolores que pudieron haberse evitado.

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