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Las bibliotecas comunitarias: rincones de confianza

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Una hermosa iniciativa basada en la confianza viene dejando huella en Punta del Este. Se trata de las bibliotecas comunitarias

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Las bibliotecas comunitarias:

Rincones de confianza

Una hermosa iniciativa basada en la confianza viene dejando huella en Punta del Este. Se trata de las bibliotecas comunitarias, espacios donde los libros circulan libremente, sin registros, plazos ni reglas estrictas. Su funcionamiento simple y generoso es un pequeño acto de fe en el ciudadano: confiar en que la gente actuará bien para construir comunidad.

 

Lo que comenzó con una sola biblioteca, casi como un experimento, ha ido colonizando rincones de nuestra zona, convirtiendo clubes, florerías, cafés, bares y espacios públicos en lugares vivos donde los libros toman protagonismo. Hoy ya son seis bibliotecas comunitarias, y su expansión continúa gracias a la participación espontánea de comerciantes y vecinos, con la confianza como piedra angular.

Estas bibliotecas son pequeños espacios abiertos a todos, sin burocracia ni intermediarios. Los libros se donan y se retiran libremente. No hay fichas de préstamo, plazos para devolverlos, ni tampoco un punto de devolución obligatorio. Cada usuario decide si lo devuelve en la misma biblioteca, en otra, o si lo comparte con alguien más. La única condición, implícita y poderosa, es la confianza: en el buen uso, en el cuidado y en el deseo de devolver a la comunidad tanto como se recibe.

Es un sistema que desafía las lógicas convencionales. En lugar de normas y controles, se opta por el respeto y la responsabilidad compartida. Y funciona. Porque detrás de cada libro que se dona, se retira, se lee y se devuelve, hay un acto bellísimo, un gesto de quienes creen en el poder de la palabra y del compromiso ciudadano.

Las bibliotecas comunitarias no solo acercan libros a quienes quieren leerlos, también transforman el paisaje urbano. Lucen bonitas y cuidadas, y cada una de ellas es una invitación a detenerse, explorar y descubrir. Estas bibliotecas crean un pequeño refugio, un lugar donde cualquiera puede encontrar un buen libro, dejar uno que ya haya disfrutado o, simplemente, contribuir a que alguien más lo descubra.

«Creemos en la confianza como motor de la convivencia nos dicen Micaela Ferrero, Isabel Castilla y Cristina Matos-Albers, las impulsoras de esta iniciativa. «No hay registros porque no necesitamos controlar. La experiencia viene demostrando que, cuando se propone algo valioso y se apela a la buena voluntad, las personas responden con generosidad. Los libros vuelven, cada biblioteca crece con el aporte constante de los usuarios, y no han sucedido robos ni vandalismos».

Les invitamos a que se den una vuelta por alguna de las bibliotecas. Donen un libro, lleven uno o simplemente disfruten de este pequeño acto de poesía que está transformando la ciudad. Porque leer, compartir y confiar son tres formas de hacer comunidad, y en estos tiempos, pocas cosas son tan valiosas.

Las bibliotecas comunitarias están en: Florería Casa Castilla / Cafetería La Bici / Café de La Mansa Zunino / Cantegril Country Club / Confitería Mar de Amores / Martinika Deco local La Barra.

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