Marina Papadopoulos, una artista de amplia trayectoria que se mueve entre la escultura y la instalación. Nacida en El Cairo, Egipto, actualmente vive y trabaja de Punta del Este a Buenos Aires.
Por Marcelo Rozemblum
ENTREVISTA CON
LA ARTISTA MARINA PAPADOPOULOS
Estimados lectores: para esta edición entrevisté a Marina Papadopoulos, una artista de amplia trayectoria que se mueve entre la escultura y la instalación. Nacida en El Cairo, Egipto, actualmente vive y trabaja de Punta del Este a Buenos Aires.
Es una artista multifacética en permanente transformación, cuya obra está atravesada por un pensamiento crítico agudo y comprometido. Marina no solo tiene posiciones firmes, sólidas y una mirada lúcida sobre el mundo contemporáneo, sino que también se muestra abierta, permeable a nuevos aportes y saberes. Comprende que la formación continua y el diálogo con otras disciplinas –como la estética, la historia del arte o la filosofía– no son accesorios, sino herramientas esenciales para el hacer artístico. Fernando Lopez Lage, curador de su actual exposición «Umbral», la define como una «artista tormenta» o «artista volcán en erupción».
Esta exposición, o instalación, reúne nueve esculturas de cintas de acero inoxidable montadas entre piedras rotas como escombro. En sus extremos figuran fechas de eventos históricos. Cada fecha alude a otra y parecen un ir y volver constante. En uno de los muros de la sala están ploteadas algunas de las fechas inscritas en las cintas de acero. Entre el muro ploteado y el cúmulo de escombros con las esculturas, encontramos sobre el piso una pieza escultórica única en diálogo con las otras y con el archivo. Se trata de un nudo de acero sin fechas, que nos pregunta cómo continúa este relato de la historia. Quiénes serán los vencedores y los vencidos, y si finalmente seguirá siendo un relato humano.
Marina se cuestiona sobre la relevancia de la superficie de las cosas, los reflejos y sombras que parecen ser parte de la ontología humana. Nos interroga al poner en escena eventos de la historia bajo la lupa de un mundo globalizado. Nos plantea metafóricamente cómo la historia deja en evidencia la incapacidad humana de superarse. La instalación provoca un estado que asocia datos y materiales que interpelan nuestra esencia individual y colectiva. (Fernando López Lage).
¿Marina, contanos cómo fue tu formación?
Cursé en la Escuela de Bellas Artes «Prilidiano Pueyrredón» y realicé varios talleres. Creo que la educación permanente es lo que fortalece la creación de un artista. Estar abierto a lo que ocurre a nuestro alrededor. Mi trabajo comenzó con la escultura tradicional: la madera, las resinas, los yesos. Pero, con el tiempo, abandoné esos materiales y me interesó más el espacio y cómo resignificarlo. Así surgen mis intervenciones en el jardín del Museo de Arte Español Enrique Larreta, donde trabajé casi una década junto con otros artistas y, paralelamente, en las instalaciones en el Centro Cultural Recoleta, ambos en Buenos Aires.
¿Cómo influye tu formación académica en Filosofía y Letras en tu proceso creativo?
Tal vez mi paso por la universidad de Filosofía y Letras haya influenciado el modo de abordar mi trabajo. Siempre parto de una idea que después se modifica mil veces hasta que puedo concretar una maqueta. Para mí, recién ahí es donde puedo decir que tal vez ese trabajo valga la pena. Luego, de acuerdo con la idea que estoy desarrollando en ese momento, aparece el material con el que concretaré ese trabajo. Idea y material van de la mano, no están disociadas.
¿Qué buscás provocar en el espectador con esta instalación?
Esta muestra es una instalación, hay una dinámica entre el entorno y las cosas que ubiqué dentro del espacio expositivo. No me parece correcto deshilachar la muestra, estoy haciendo una propuesta para que el otro la reciba e interprete a su manera. Los invito a descubrirla personalmente y sacar vuestras propias conclusiones.
Lo importante es que cada uno mire para atrás, para conocer los hechos que nos han convertido en lo que somos hoy y así poder reflexionar. Porque, en primer lugar, hay que saber que no hay verdades absolutas. Se han roto todos los engranajes que nos conformaban, hay una desacralización de la política, de los líderes y de las grandes religiones, y una sobrevaloración del encanto hedonista.
¿Cómo influye tu percepción de la historia y su impacto en lo personal al momento de seleccionar las fechas que componen esta obra?
Seleccioné fechas al azar, no elegí fechas unificadas en un criterio. Buscaba una fecha positiva y una negativa. Lamentablemente las negativas fueron más que las positivas; la subjetividad está atravesada por la historia más de lo que pensamos. Quisiera aclarar que esta instalación (Umbral) es un trabajo artístico, no historiográfico, como digo. Es fruto de mis propias preocupaciones como persona y artista de esta época.
La muestra se puede visitar de martes a sábados, de 10 a 17 h, hasta abril, en el Museo Colección Nicolás García Uriburu (25 de Mayo entre 18 de Julio y José Dodera, Maldonado). El equipo completo: Cecilia Jorge, Fernando López Lage, Marina Papadopoulos, Silvia Listur y Nicolás Infanzón.
«El arte y los artistas no plantean soluciones ni respuestas», «Vivimos en una época donde ha desaparecido la utopía y solamente se apuesta al progreso personal de cada uno».