La colección de H&M con Karl Lagerfeld en 2004 redefinió las reglas del juego. Lo que parecía impensable se agotó al instante y marcó un precedente en la industria.
Por Natalie Alazraki
El impacto (y los riesgos) de las colaboraciones en moda
Las fashion collabs se han convertido en una de las formas más efectivas para que las marcas generen impacto, lleguen a nuevas audiencias y expandan sus límites creativos. Pero en un mercado saturado, sólo las alianzas más estratégicas y auténticas logran destacar.
La colección de H&M con Karl Lagerfeld en 2004 redefinió las reglas del juego. Lo que parecía impensable —un gigante del fast fashion asociado con un diseñador de lujo, acusado incluso de copiar— se agotó al instante y marcó un precedente en la industria. Dos décadas después, las colaboraciones están en todas partes, desde Louis Vuitton hasta Crocs. Aunque garantizan atención, el éxito requiere mucho más que ruido mediático.
Las alianzas más impactantes comparten una intención clara y una narrativa sólida. Funcionan cuando la conexión entre marcas es obvia o sorprendentemente inesperada. Sobre todo, deben sentirse auténticas, ofreciendo productos que sumen al universo de cada firma.
En noviembre de 2024, la colaboración entre Skims y Dolce & Gabbana mostró este equilibrio. La campaña presentó a Kim y Kourtney Kardashian en ropa interior con estampado animal print en un pueblo italiano, rodeadas de residentes mayores. Una fusión entre la sensualidad ajustada de Skims y el estilo cargado de referencias culturales italianas de D&G. “La intención fue mezclar el atractivo italiano con nuestra comodidad”, dijo Kim Kardashian en redes. El resultado: una colaboración natural, pero al mismo tiempo novedosa.
La ejecución es tan importante como la intención. El producto debe reflejar el ADN de ambas marcas y generar verdadero deseo de compra. A su vez, la estrategia de marketing tiene que estar perfectamente alineada. Como la mayoría de los consumidores descubren estas colecciones en redes, una narrativa clara y auténtica puede marcar la diferencia entre ser un simple trend o generar impacto duradero.
En definitiva, las colaboraciones no son sólo una movida de marketing. Cuando se hacen bien, pueden relanzar clásicos, abrir categorías y atraer nuevas audiencias, reforzando la relevancia cultural. Para resonar en el mercado actual, las marcas deben ir más allá de la novedad y enfocarse en la estrategia, la autenticidad y en crear productos que realmente emocionen.
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