Punta del Este despega como hub regional: más vuelos desde Brasil y Argentina, mayor conectividad y un verano que promete récord turístico
Por Esteña Press
Punta del Este se conecta como nunca
Más vuelos, más turistas y un puente aéreo que vuela alto
Uruguay se apresta a vivir un verano con aires de despegue. En un movimiento que marca un punto de inflexión en la conectividad regional, el Aeropuerto Internacional de Punta del Este se reposiciona como un verdadero hub turístico con nuevas rutas, más frecuencias y un enfoque renovado en sostenibilidad. La apuesta no es menor: atraer más turistas, facilitar el acceso al país desde los principales mercados del continente y consolidar su rol como puerta de entrada al Cono Sur.
Aerolíneas Argentinas ha sido la primera en mover ficha con anuncios que entusiasman a la industria y a los operadores turísticos por igual. A partir del 25 de diciembre, Punta del Este contará con vuelos directos desde San Pablo dos veces por semana, y desde Porto Alegre a partir del 26 de diciembre, también con dos frecuencias semanales. Pero no todo queda en Brasil: la aerolínea sumará 28 vuelos semanales desde Buenos Aires, cinco más que en la temporada anterior, y conexiones directas desde Córdoba, a partir del 1 de enero.
En una región en la que las distancias se acortan pero las oportunidades aún dependen de la infraestructura, estas decisiones empresariales no ocurren en el vacío. El impulso que dio Uruguay al abrir sus cielos mediante una política moderna y proactiva de libertades aéreas comienza a rendir frutos visibles. No solo se amplía el mapa de destinos, sino también el de posibilidades.
“La ampliación de rutas confirma a Punta del Este como un punto neurálgico de ingreso y egreso del país”, asegura Guillermo Pagés, gerente general del aeropuerto. Y razón no le falta. Este empuje trasciende lo turístico: fortalece el ecosistema de negocios, dinamiza la economía regional y posiciona a Uruguay como un actor aéreo cada vez más competitivo.
La capital del país no se queda atrás. El puente aéreo Montevideo–Buenos Aires, conexión clave para la integración regional, pasará de 14 a 16 frecuencias semanales. En un corredor que no descansa ni en temporada baja, cada frecuencia cuenta. Y cada vuelo adicional es una señal de recuperación, confianza y estrategia.
Pero el avance no se limita a los cielos. En tierra firme, el Aeropuerto de Punta del Este acaba de renovar su certificación de Huella de Carbono Nivel 1, otorgada por el Consejo Internacional de Aeropuertos. Esto reconoce esfuerzos concretos en eficiencia energética, tratamiento de aguas y transición hacia tecnologías limpias como la iluminación LED o el nuevo sistema de balizamiento. En un mundo donde la huella ambiental pesa tanto como los estados financieros, este tipo de logros no son accesorios: son centrales.
“Profundizamos nuestro compromiso con la sostenibilidad”, dice Pagés, reafirmando que el crecimiento y el cuidado ambiental no solo son compatibles, sino inseparables.
Punta del Este y Montevideo, una dupla aérea que se fortalece, representan hoy mucho más que puntos geográficos: son símbolos de un país que elige conectarse, abrirse al mundo y hacerlo de forma responsable.
Porque no se trata solo de sumar vuelos, sino de cómo —y para qué— se vuela.